TALSA PREPARA SU VUELTA
Todo tiene sus luces y sus sombras, su cara y su cruz, su blanco y su negro. El confinamiento mundial por esta pandemia que ha supuesto la propagación de este virus COVID-19 ha puesto de manifiesto lo vulnerables que somos. Un bicho invisible ha puesto en jaque al mundo, a nuestra salud, a nuestra economía, a nuestras vidas y nuestras costumbres. Nos creíamos los reyes del universo y resulta que con nuestro encierro el planeta respira, los animales no nos echan de menos, el cielo luce azul, las ciudades están silenciosas para propiciar la reflexión.
Es un momento en el que personalmente nuestras vidas se han visto afectadas por normas un tanto absurdas que acatamos por el bien propio y común y que al mismo tiempo ha afectado a nuestra vida profesional y empresarial, solo los servidores públicos de la sanidad y la alimentación han podido desarrollar su actividad, frenéticamente, mientras el resto, confinados en casa empezamos a pensar después de las primeras semanas de reclusión, como se salvarán muchas personas, muchas empresas, como saldremos nosotros también de este bache sin recurrir a medidas drásticas.
Todo el mundo apela a la solidaridad pero la realidad es que solo de solidaridad no se pone un país en marcha, cada uno desde su lugar aporta riqueza al conjunto de la sociedad y a pesar de alguna medida adoptada en este sentido, nos vemos solos e impotentes.
Las producciones se paran, las ventas disminuyen y los pedidos se sirven con dificultades, esto es un denominador común, esperemos que el virus quede erradicado y nos dé un respiro pronto para emprender lo que dejamos en marcha… nos dice nuestro cliente Talsa que distribuye en todo el mundo maquinaria para la industria cárnica.
Al menos las comunicaciones entre empresas se han vuelto más fraternales conscientes de que detrás de ellas hay personas a las que ahora vemos de forma diferente, a las que sin tener una relación personal le encabezamos un correo con “espero que estéis bien”. Quizá sea lo único que agradezcamos a estas relaciones comerciales hoy día, a la empatía con nuestros clientes y proveedores, a ponernos en lugar del otro, a ayudarnos en lo posible, aunque también las sombras de la España de la picaresca, dé pábulo a otras personas con el don de la oportunidad y las desgracias ajenas.
En Talsa siguen trabajando en la innovación de sus máquinas para la industria cárnica y para que la incorporación de sus trabajadores sea de forma segura no escatimando en medidas de protección, como así lo hacen normalmente, saldrán de la crisis, de la misma forma que sin ella.