QUÉ SERÁ SERÁ
Las máquinas siguen aquí para hacernos la vida más fácil, y a pesar de la digitalización, todavía necesitamos de nuestra inteligencia para afrontar soluciones al mantenimiento de maquinaria.
Una máquina mal calibrada para realizar su función puede parar un proceso de producción.
Las máquinas necesitan de especialistas de mantenimiento para llevar a cabo estas tareas, implica revisiones, reemplazo de piezas que se han desgastado o nuevas para nuevas aplicaciones.
La mecánica pues no utiliza diagnósticos avanzados sino que se realizan por inspección visual a cargo de un técnico. En este caso se utilizan ordenadores para determinar que puede estar funcionando mal y se elabora el diagnóstico cuya tarea la completará el mecánico.
Hay muchas industrias como la del plástico, automóviles, alimentación, metal, etc… que se rige por maquinaria industrial que necesita a su vez de empresas de mantenimiento de maquinaria con personal capacitado.
Se contrarresta esta mecánica con el momento que atravesamos en el que la tecnología digital y la Inteligencia artificial está transformando el mundo y las formas de hacer.
El trabajo no se entiende ya sin la ayuda de esos ordenadores programados a base de datos que parecen saber todo lo que hay que saber.
Pero todavía no todo está perdido o ganado, ante la apuesta por el mundo digital y la inteligencia artificial, tendremos que ver si al hombre le puede interesar dejarse llevar por las decisiones tomadas por máquinas y dejar de pensar.
Las máquinas que nacieron para ayudar al hombre en el trabajo tedioso, van a acabar por imponer sus criterios en detrimento de la resolución de problemas desde la perspectiva humana. No sabemos si las máquinas sustituirán también las emociones, quizá esas soluciones solo sean matemáticas y no atiendan al corazón.
En algunos campos la inteligencia artificial está llegando a puntos de excelencia como, por ejemplo, en el campo de la medicina se puede llegar a hacer operaciones cada vez menos agresivas, milimétricas y seguras bajo el control de un ordenador además de diagnósticos cada vez más acertados.
No podemos cerrarnos ante la evidencia pero lo que también es cierto es que el hombre ha avanzado gracias a cálculos mentales que desaparecieron de las escuelas con las calculadoras y ordenadores, la escritura es algo que también se está perdiendo con la inmediatez.
Las costumbres cambian a través de los gustos de los usuarios pero la generalidad puede ser impuesta y manipular esos gustos.
Lo inmediato no nos deja saborear la lentitud de las cosas y sin lentitud es imposible pensar, llegar a una conclusión, obtener un análisis.
Si la sociedad deja de pensar y basa toda su confianza en “lo otro” es muy posible que pierda el control de su propio conocimiento, su historia, su memoria, su razón de ser, o no, quien sabe.
No sabemos donde nos llevará este momento imparable, es toda una aventura.